sábado, 12 de noviembre de 2011








Arquitectura nicaragüense

Dr. Norbert-Bertrand Barbe




            Conocer nuestra arquitectura implica abrir el debate de lo que es la arquitectura nicaragüense.
            Hablar de arquitectura barroca en Nicaragua es un error. Lo que tenemos es arquitectura neobarroca, es decir hecha después del período barroco (s. XVII-XVIII) porque los monumentos nuestros han sido destruidos o quemados, lo que provocó su reconstrucción, en general en el s. XIX, conforme el pensamiento de Viollet-le-Duc, que decía: "Restaurer un édifice, ce n'est pas l'entretenir, le réparer, ou le refaire, c'est le rétablir dans un état complet qui peut n'avoir jamais existé à un moment donné."
            En León, las ruinas son la parroquia de Sutiava, San Andrés, Santiago y la Casa de la Pólvora. Asimismo León Viejo. Los edificios civiles de la ciudad datan de los s. XIX-XX. El convento con la iglesia San Francisco, fundado en 1639, tiene en su parte más alta la inscripción: "Obre VI MDCCCLXXXI". La expulsión de las ordenes religiosas en 1830 hizo que se instalaran en el convento instituciones educativas, en su último período el Instituto Azarías H. Pallais, demolido en los sesenta, período en que fue totalmente alterada la fachada de la iglesia. La iglesia de La Recolección fue construida de 1786 a 1880. La iglesia San Sebastián, en ruinas, de finales del s. XVII, fue reconstruida a finales del XVIII, y tuvo varias intervenciones a inicios del XX, siendo bombardeada en 1979. La Catedral, la cuarta de las construidas en el sitio, fue eregida entre 1747 y 1824, su fachada alterada c.1906, al unir las torres con el cuerpo central. La Ermita de San Pedro fue construida entre 1406 y 1718, sufrió una intervenciones en muros, pisos y cubiertas, en 1986 se reconstruyó parte del costado Sur derrumbado. La Sutiava, construida a partir de 1698, sufrió deterioros, por lo que en 1804 se solicitó a la audiencia de Guatemala la inversión de los tributos para reedificarla. En 1844, durante la invasión del militar salvadoreño Francisco Malespín, su cúpula de media naranja fue destruida, y reintegrada a inicios del s. XX. San Nicolás de Tolentino del Laborío, construida en 1618, tuvo numerosas reconstrucciones, la última a finales del siglo XIX, pues tiene aspecto neoclásico. La capilla La Asunción construida en 1679, se destruido en parte en 1935, construyéndose en este momento la capilla, diseñada por Marcelo Targa. San Felipe se inicio c.1685, fue reconstruida en el s. XVIII con bases del original, pero en 1859 se comenzó una construcción mucho más amplia. la torre fue reconstruida en 1983. La Merced, construida a partir de 1762, fue demolida para levantar la iglesia actual, con torre reconstruida a finales del XIX: El interior de la iglesia se modernizó a comienzo de este siglo. El Calvario, construida a inicios del s. XVIII, se reconstruyó a inicios del XX, primero la torre sur. N.S. de Guadalupe fue construida a finales del s. XIX. La iglesia de Zaragoza fue construida entre 1884-1886 y 1934.
            En Granada, después del incendio provocado por Walker el 23 de nov. 1856, tanto el ayuntamiento como las casas coloniales y el Parque Central se crean a finales del siglo XIX. Asimismo el Mercado Municipal y el Hospital San Juan de Dios. La Casa de los Leones, referenciada desde la segunda mitad del XVI, fue en cuanto al edificio que hoy en día se conoce, terminada en 1809. El segundo piso fue construido entre 1920 y 1926. La Plaza de la Independencia con su obelisco data del primer centenario, en 1921. Incendiada por Walker en 1853 y 1856, la Catedral, fundada en 1534, se empezó a reconstruir en 1860, con adornos neoclásicos, y se terminó en 1910. Construida en 1781, la torre fue demolida en 1854 durante la guerra civil, y reconstruida en 1863. Construida en 1678, como fortaleza militar, la Xalteva fue incendiada en 1853 por Walker, y reconstruida en 1856. De nuevo en 1890, la destruye parcialmente un terremoto, y se finalizó su reconstrucción en 1898. El Parque de Xalteva fue construido en 1892. El convento San Francisco, fundado en 1529, fue reconstruido en 1867-1868. Construida entre 1624 y 1626, la iglesia de Guadalupe, fue reconstruida en 1945.
Así, si exceptuamos la arquitectura militar, que, por responder a otros propósitos, no ofrece, pauta al desarrollo de un estilo barroco ni rococó, sino asemeja rasgos neo-medievales, los edificios religiosos y civiles de Nicaragua son en su mayoría, en las ciudades coloniales nuestras, neobarrocas, es decir, reconstrucciones del XIX. Por lo que proponemos considerar que los dos estilos de arquitectura nicaragüenses que permanecen hoy en día son por los más antiguos el neobarroco y el historicista-ecléctico. El estilo neo-colonial siendo el de las casas tradicionales, que no pasan de la primera mitad del XX o finales del XIX si acaso. A estos estilos se agregó el art déco, promovido en la primera mitad del XX y todavía en los años 1960. De ahí pasamos a la arquitectura post-terremoto (1972), básicamente de prefabricado. Es decir, entonces, que, hoy por hoy, la arquitectura que tenemos en Nicaragua se divide en tres grupos: en el XIX e inicios del XX historicista (arquitectura religiosa, en particular con rasgos neobarrocos y neoclásicos) neo-colonial (amplias casas con patio interno alrededor del cual crecen las divisiones y habitaciones), art déco (inicios del XX), y prefabricado (arquitectura post-terremoto).
            Tal planteamiento no pretende negar nuestra arquitectura, sino reconocerla para poder preservar y entenderla. Estudiarla en lo que es no es restarle sentido, sino revelar el que tiene.
            Pretender ver en ella lo que no es, es menospreciarla a provecho de ideología de importación, y provocar el descuido general hacia ella, por lo que magníficos edificios neo-coloniales, casas de habitación en particular, evidentemente, se derrumban hasta en los parques centrales de nuestras ciudades (Jinotepe, San Marcos, Masaya), sin que ni el gobierno ni los ciudadanos hagan nada al respecto. Igual pasa con los edificios art déco de la antigua Managua, parcialmente destruidos por el terremoto, pero dejados al abandono el más completo por las generaciones sucesivas.
            En los últimos años (2006-2009) se han palautinamente derrumbado varias cuadras enteras de dichos edificios neo-coloniales, para nosotros patrimoniales, en el mismo centro de Masaya, Nicaragua teniendo entonces en común con Senegal (ocurre lo mismo que en Masaya en Saint Louis) o Cuba el sino de los países del Tercer Mundo descolonizados, el completo desinterés y desconocimiento del valor del patrimonio en general, arquitectónico en particular. Así como la falta de competencia para conservar su propia herencia, por falta de valores e ideología de conservación y manejo de los conceptos más básicos de restauración.
            La realidad de la disgregación entre arquitectura y urbanismo (además de la falta de interés público en Nicaragua para hacia el patrimonio) reside en que los edificios son propiedad privada, por lo que en Nicaragua se pueden derrumbar casas, hasta de Parques Centrales, patrimoniales (por valores de historia, estilo) o no, y en Francia venderse a millonarios árabes los edificios de los Campos Eliseos. Pocas veces el urbanismo ha sido considerado como de interés para las administraciones, salvo en el París de Haussmann, y el Berlín de Albert Speer, pero en este caso provocó el desalojo de los judíos y su posterior envío a los campos de concentración (v. el excelente documental Speer Und Er - Nachspiel Die Täuschung, 2005, de Heinrich Brelder).